“Ódio irracional aos homens é conceito central do feminismo fascistóide.”


Fonte:   https://7uvw.xyz/ladodireitodaequidade/maria-del-prado-esteban/odio-irracional-homens-conceito-central-feminismo-fascistoide/  

– María del Prado Esteban, co-autora de Feminicídio ou auto-construção da mulher (2012) (2012).

María del Prado Esteban:

“O ódio é o estado de espírito decisivo do soldado dos Estados, as guerras injustas só podem ser sustentadas através da hostilidade ao inimigo e da xenofobia, o ódio, juntamente com o egoísmo de ser a disposição mental prevalecente na sociedade a tomarem para realizar os objectivos do Estado, têm poderosos instrumentos de repressão no país e no estrangeiro conquista. O ódio irracional aos homens tem sido, por isso, o caminho pelo qual muitas mulheres se sentem realizadas na vida de militante. Esta emoção tem agido como uma idéia central do feminismo nietzschiano e fascistóide em conformidade ontológica ao sistema. Em “O Segundo Sexo” Simone de Beauvoir lamenta a falta de agressividade das mulheres como “a violência é o verdadeiro teste do compromisso de todos para si mesmo,” inveja “vontade masculina de expansão e dominação”, que procura apresentar como a essência da masculinidade, mas não era, como tal imagem depravada não pode representar os homens comuns, mas aquele valentão arrogante e provocativo SA cervejaria que foi os nazistas quem é quem reverencia o autor. É aquele sujeito machista concebido em guarnições militares que é tomado como um exemplo para reescrever a nova feminilidade, tomada porque “o amor é o ópio das mulheres” guerra de nove desejo de dominação acontece de ser abominável para ser considerado natural. Por outro lado, o feminismo institucional tem conseguido impor a idéia de que o salário é o principal instrumento de emancipação feminina, para que a vida militar, se profissional, ou como mercenários, é considerado legítimo. Ele também justificou o desejo de poder como meta para as mulheres, que casa muito bem com a hierarquia da instituição militar.”


“El odio es el decisivo estado de ánimo del soldado de los Estados, las guerras injustas solo pueden sustentarse en la hostilidad hacia el enemigo y la xenofobia, el odio, junto con el egoísmo han de ser la disposición anímica prevaleciente en la sociedad para llevar a efecto los objetivos del Estado, tener instrumentos poderosos de represión en el interior y de conquista en el exterior. El aborrecimiento irracional a los hombres ha sido, por eso, el camino por el que muchas mujeres se sienten realizadas en la vida militar. Esta emoción ha actuado como idea medular de cierto feminismo nietzcheano y fascistoide afín de forma ontológica al sistema. En “El Segundo Sexo” Simone de Beauvoir deplora la falta de agresividad de las mujeres pues “la violencia es la prueba auténtica de la adhesión de cada cual a sí mismo”, envidia la “voluntad macho de expansión y dominación” que pretende presentar como la esencia de la masculinidad, sin serlo, pues tal imagen depravada no puede representar al común de los varones sino a ese chulesco y provocador matón de cervecería que constituía las SA nazis, que es a quien la autora venera. Es ese sujeto machista gestado en las guarniciones militares quien se toma como ejemplo para reescribir la nueva feminidad, asumido ya que “el amor es el opio de las mujeres” la guerra por ansia de dominación pasa de ser abominable a considerarse natural. Por otro lado el feminismo institucional ha conseguido imponer la idea de que el salario es el principal instrumento de la emancipación femenina, de modo que la vida militar, si es profesional, o sea como mercenarias, se considera legítima. También se ha justificado la apetencia de poder como meta para las mujeres, lo que casa muy bien con la jerarquización de la institución militar.”

– María del Prado Esteban, “La feminización del Estado: La mujer en el ejército”, CNT Madrid, 25.10.2009. http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/11976

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